Se ha realizado cientos de estudios en miles de niños con respecto a los efectos de medicamentos Psicostimulantes, La elaboración de ellos se encuentra entre las más estudiadas en la historia farmaceútica. Y relativamente los efectos secundarios que se han identificado en el largo plazo son mínimos en comparación a los beneficios. La mayoría de los problemas relacionados con estos medicamentos son: reducción del apetito y dificultad para conciliar el sueño. Muy esporádicamente algunos niños experimentan un “rebote del estimulante”- un humor negativo o un aumento en la actividad cuando el medicamento ha sido retirado. La afección mayor se presenta a corto plazo cuando se cambian las dosis o se están nivelando las dosis adecuadas a cada individuo, pueden presentarse problemas con la estatura o aumento de peso, pero los estudios sugieren que esto sucede en raras ocasiones. Unos estudios sugieren que niños con TDAH retardan el inicio de la pubertad, por lo que debe supervisarse la talla y el peso estrechamente.
Un efecto secundario relativamente raro al medicar psicoestimulantes es el que desenmascara “tics latentes” el término médico para movimientos involuntarios psicomotrices, tales como parpadeo, encogimiento de hombros y aclaramiento de la garganta. Los psicostimulantes pueden facilitar la evocación de un “tic de desorden” en individuos susceptibles. A menudo, pero no siempre, el tic desaparecerá cuando se suspenda el medicamento. En algunos adolescentes tics vocales (aclaramiento de la garganta, sensibilidad olfativa, o tos más allá de lo normal) o “tics motrices (parpadeo, muecas faciales, encogimiento de hombros, voltear la cabeza) ocurrirá como un coexistente del fenómeno por tiempo – limitado con TDAH, los medicamentos los evocan mas temprano pero de cualquier forma se presentarían mas tarde o temprano y tienden a desaparecer al final de la adolescencia o cuando el medicamento haya sido retirado.